Adiós a los nadaístas



Adiós a los nadaístas

 

Ante la ausencia de los poetas que se vuelven años,

se hace necesario hacer una semblanza

antes de que no quede NADA del nadaísmo,

sólo la historia de unos hombrecitos de pelo largo,

“geniales locos y peligrosos”,

que fueron absorbiendo la tierra

con sus poemas de hierba,

enamorando con su rebeldía

a las jovencitas de las ciudades

y llenando de lágrimas la ausencia de sus casas.

 

Toda historia inicia siempre en un lugar,

toda historia comienza con un nacimiento,

Gonzalo se llamaba, el primero de todos,

un día se paró borracho en la calle a gritarle

a la ciudad que existía como Descartes

mientras comía Alstroemerias en la noche. 

 

Para la ausencia del futuro no se inventó NADA,

sólo se dedicó a tener buenos amigos para ganarle a

la muerte, esa era su tabla de salvación,

y por Ley de lo inmaterial, también murió.

¡La memoria del cuerpo

es lápida grabada en muro blanco!

 

Fue tiempo atrás en el pasado

donde hubo danza feliz en la calle:

estaba Humberto, estaba Zalamea, estaba Rivero,

todos riendo y bailando

al compás de los Yetis.

Estaba Amílcar, estaba Barquillo, Alberto y Lemos

asistiendo a los recitales.

Los nadaísta iban siempre bien acompañados

de bellas damas:

 

Estaba Fanny, estaba Merlini y

y Patricia Ariza, 

también Rosa Girasol y dos Angelitas;

todas artistas, fumando y bailando rock and Roll.

 

Jugaban con las letras

Luis Ernesto y María de las Estrellas

queriendo ser grandes poetas

mientras se reía Gonzalo Arango.

 

Al final de la noche todo baile termina,

y detrás de los primeros,

se fue Elmo, se fue X y luego Eduardo,

los poetas también son metamorfosis

parecidos a una dama

que cambia de traje y sigue su camino

para ser feliz en “no se sabe dónde”.

Arrugas y cicatrices

decoran el rostro de la sobrevivencia.

 

Sólo queda activo el profeta en su casa

jugando a ser abuelo,

Jotamario Arbeláez, se llama,

crema innata del vértigo sensual de la poesía.

Larga vida al cuerpo alegre del poeta

que nos recuerda con su sonrisa que

en lo alto sueñan los planetas

orbitando la memoria de los amigos.

¡Adiós a los nadaístas!








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Imagen: Folleto de Archivo:
"nadaísmo 50 años, las bodas sin oro" 

Programación , Ministerio de Cultura de Colombia 
y Biblioteca Nacional de Colombia. 2008




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Diego Alexander Gómez

pimientaenchanclas@gmail.com

2023

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