Concierto
- ¿Vamos a
un concierto de Mozart?, me invito ella.
- Vamos,
dije animado.
Llegamos,
nos sentamos, y su vestido corto atraía
las notas
cálidas hacía nosotros.
Quise
intentar una partitura sobre sus muslos juguetones,
tan suaves
como el silencio sostenido
en ese
piano de cola.
Y sobre su
piel extendida escribí un canto de amor
a la
naturaleza.
¡Música
acuática! ¡Soplo de bosque!
¡Melodía
intermitente de la noche gemida!
¡Mi
corazón refulgente!
¡Qué
concierto señores!
¡Qué concierto!
Texto tomado de:
Pateando Brújulas (2019)
de Diego Alexander Gómez.
Imagen tomada de Internet.
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