Echoes sumergido
(10:51)
I
Creo que ya no nos volveremos
a ver.
Son los ciclos de la vida que
advierten del peligro del apego.
Pero si deseas puedes buscarme
en estas letras,
te acompañaré en cada palabra
pronunciada.
Seré un acertijo descifrable
para ti.
Toca con cariño esta pestaña,
y junto a mí
pasa a la página siguiente.
No olvides traer los lentes de
la paciencia.
Vamos serenos, tranquilos.
Sumergidos al horizonte.
Ahora mismo estamos surcando
el océano sideral (12 mt)
¡Lleno el espíritu!
¿Notas el movimiento de mi
cola?;
Mira la tuya, es igual a la
mía.
¡Aletazos de vida reman
asteroides!
Ondas interminables han
depositado
una hoja de hierba seca sobre
mi lomo;
¡Es Whitman saludando desde las
estrellas!
II
¿Me perdiste?
Estoy en la careta de tus
recuerdos, mira como sonrió
Por el pasado y la fortuna de
conocernos.
Búscame allí si lo crees
necesario.
De lo contrario no pierdas el
tiempo en ello.
No te apegues a mi corazón, a veces
es débil,
y en otras parece una
locomotora enfurecida.
Déjame navegar tranquilos por
los espíritus.
¡El destino tiene otras
casualidades!
Sólo transforma tu piel en
energía cósmica.
Mira...
¡Ahí va un vuelo de
Mantarrayas!
Consigue un radar de ondas, y
el Meddle (1971) de los Floyd.
Ve hasta el ático y enciende
la estéreo.
Voy en el minuto 13:41,
orbitando este Echoes tibio.
Deslízate en estas ondas y
deja que se filtre en ti
“la nada azul”
Notaras cabalgar a tiempo la
silueta de varios cetáceos.
Vamos, no te canses tan
pronto,
saltemos juntos al ingrávido
vacío.
Escribe tú propuesta en mi
barco de papel,
la recitaré de memoria hasta
nuestro próximo encuentro.
Yo también soy una promesa.
Mira cómo me marcho.
Voy en el minuto 21:21,
entre estas notas de piano
suave,
delicado, seguro, caluroso.
Echoes de mí mismo bajo este mundo de colores.
Cuánto te quise, cuánto te he
querido,
cuánto te quiero.
¡Tanto, tanto, tanto!
Reflejas en mis ojos, en los
tuyos los míos.
El resplandor me espera más no
sé más allá.
Un abrazo, un tabaco, un vaso
con vino.
Amémonos ahora y dejemos las
palabras
para recordar las dichas que
nos tocaron.
Tiempo.
¡Infinitud expansiva!
Es hora de separarnos.
Digamos adiós a estos labios
verdes.
Comentarios
Publicar un comentario